¿Microbios y el microbioma?
Cuando se desveló por primera vez la existencia de los microbios gracias a los avances en la microscopia, en el siglo XVIII, era difícil imaginarse el alcance de su omnipresencia en este planeta y fuera de él. Sin ninguna exageración, se puede decir con facilidad que los microbios dominan el mundo (1). Pueden encontrarse en todas partes, incluidos los entornos más duros e inhóspitos. Se ha descubierto que los microbios están implicados en la regulación tanto de los entornos físicos como de las biosferas orgánicas. Como cabe esperar, los microbios han formado multitud de relaciones —algunas beneficiosas, algunas perjudiciales— con organismos multicelulares y monocelulares por igual, incluidos los humanos. La importancia de los microbios para la salud y la enfermedad de los humanos ha quedado demostrada con creces en las últimas décadas (1).
La complejidad de estas relaciones es quizá el obstáculo más grande para comprender los microbios. Gran parte de nuestro conocimiento en el campo de la microbiología surge de los estudios que utilizan cultivos puros, aislando y cultivando una cepa pura de un microbio dentro de un entorno controlado. Sin embargo, no todos los microbios pueden cultivarse en cultivos y el cultivo artificial puro priva a los microbios de las interacciones con otras especies se las que se han dictado sus características, comportamiento y ruta evolutiva. Esto significa que los genotipos y los fenotipos de los microbios en las placas de petri son, muy probablemente, diferentes de los que se encuentran en la naturaleza (1).
¿Qué es la metagenómica?
En general, la metagenómica, también conocida como genómica comunitaria, es el análisis genético de comunidades microbianas contenidas en entornos naturales vivos. Desde la perspectiva de la microbiología, la metagenómica estudia los microbios que no pueden cultivarse. Esta alternativa a la homogeneidad genética del cultivo puro aporta a los científicos la capacidad de capturar mejor la extraordinaria diversidad presente en las comunidades microbiana. Estudiar las diversas comunidades microbianas, a su vez, presenta a la comunidad científica con una mejor comprensión tanto de nuestra propia fisiología como de los sistemas del mundo en que vivimos (1).
Métodos para estudiar el microbioma
La secuenciación indiscriminada ofrece la capacidad de estudiar simultáneamente los microbios no bacterianos (por ejemplo, hongos y virus) junto a las bacterias (2), pero requiere mucho más trabajo de secuenciación. De forma alternativa, la secuenciación de 16S puede centrarse exclusivamente en un solo gen. En particular, la secuenciación de 16S es útil para las investigaciones de taxonomía y filogenia bacteriana (2). La metatranscriptómica, como la investigación del ARN mensajero (ARNm) de metagenómica, es extremadamente útil para estudiar cómo las diferencias desveladas por los estudios de metagenómica afectan a la regulación y a la expresión genética.